¿Sabía que el 88% de adultos norteamericanos recuerda a alguien con una
sonrisa especialmente atractiva? Esto indica una encuesta realizada por
la Academia Americana de Odontología Estética (AACO), que toca además la
relación entre sonrisa y éxito tanto profesional y personal.
Y es que hoy en día hay mucha más
preocupación por el aspecto e imagen que proyecta la sonrisa. Uno de los
tratamientos más solicitados en cuanto a cosmética dental es el
blanqueamiento dental, pero el paciente llega a la consulta con muchas
inquietudes, ya que es un tratamiento dental que cada paciente tiene su
propia experiencia.
MITO: Se debilitan o desgastan los dientes. Está
comprobado que el gel de blanqueamiento ingresa al esmalte del diente y
solo actúa en las moléculas que causan las manchas. Cuando se realiza
SIN control el blanqueamiento, puede provocar la deshidratación del
diente, entonces sí con el tiempo se debilita el esmalte dental.
MITO: Duele demasiado y daña los dientes.
El diagnóstico dental es clave para recomendar este procedimiento ya
que el blanqueamiento dental puede producir sensibilidad o dolor en muy
pocos casos, no importando el sistema que se utilice; si el paciente
padece de sensibilidad dental, es mejor no aplicarlo.
Debe ser un procedimiento controlado
por el profesional para no causar daños en el tejido pulpar. Puede
prepararse el paciente antes de todas estas molestias con productos que
contengan nitrato de potasio, como pastas dentales ofrecidas en el
mercado o flúor neutro ofrecido por el odontólogo.
MITO: Resultado poco duradero y a dieta de por vida.
Una vez blanqueados los dientes, no vuelve a la tonicidad con la que se
presentó antes de comenzar el tratamiento. En pacientes que no abusan
de colorantes en sus dietas, el tratamiento tendrá una duración de un
año y medio a tres años.
A los fumadores y tomadores de café les
durará aproximadamente de seis a ocho meses. Cuando se realiza el
blanqueamiento se aconseja que el paciente no ingiera colas oscuras,
vinos tintos, remolacha, chocolate negro, etcétera; pero en caso de no
cumplirlo, lo único que pasa es que extiende el tratamiento, es decir,
más días de tratamiento o necesidad de un refuerzo. En ciertas ocasiones
se puede retocar después de un año.
MITO: No quedan tan blancos. En
pacientes cuyos dientes tienen tonalidades muy oscuras pueden tardar un
poco más en aclarar, pero en pacientes con colores no tan oscuros su
cambio será entre cuatro y dos tonalidades. En estos últimos, lo que se
produce es un refrescamiento de sonrisa. Ni el paciente ni el odontólogo
pueden predecir qué tan blancos van a quedar los dientes, pues hay
factores genéticos.
MITO: Las pastas dentales blanquean.
Las pastas dentales únicamente ayudan a mantener los dientes blancos
por el contenido que ellas llevan, pero las pastas por sí solas no
blanquean. Existen ciertas tiras que ayudan a aclarar los dientes, pero
el porcentaje de peróxido es muy bajo para llegar a tener los objetivos
deseados.
Cualquier método que se emplee para
blanquear es importante que sea supervisado por el odontólogo; existen
métodos de llegar a los resultados deseados sin tanta molestia, pero es
de vital importancia un adecuado diagnóstico.
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