Un exceso en los niveles de flúor en el agua de consumo puede
afectar al esmalte y provocar manchas en los dientes, por lo que los
especialistas recomiendan que para los niños de 0 a 8 años el aporte
diario de esta sustancia en el agua de abasto no supere las 1,5 partes
por millón (ppm), si bien en niveles apropiados defiende la aparición de
caries.
Así lo ha indicado en una nota el
Colegio de Dentistas de Santa Cruz de Tenerife (España). El mismo ha
apuntado que la superficie de los dientes está recubierta por una
película transparente de gérmenes que se unen al esmalte formando la
placa dental, a lo que ha añadido que el ácido que produce la placa
bacteriana le roba los iones de calcio, una circunstancia que puede
producir un debilitamiento de su estructura y la consiguiente entrada de
gérmenes al interior del esmalte, donde la higiene diaria no es capaz
de llegar.
"De esta forma, puede comenzar el
progreso de la caries hacia el interior del diente. Sin embargo, el
flúor es capaz de unirse a estos iones de calcio y formar la
fluorapatita, que hace más resistente al esmalte del ataque ácido de la
placa bacteriana", han explicado.
Según han expuesto, las coronas de
los dientes comienzan a formarse desde el feto hasta los 6 y 8 años y,
durante ese periodo, es importante un aporte adecuado de flúor, que
refuerce la estructura cristalina del esmalte de las piezas definitivas.
No obstante, un exceso en los
aportes de este elemento es perjudicial durante el desarrollo y
maduración de las coronas dentarias, ya que puede producir la llamada
fluorosis dental, que se manifiesta en diferentes grados de afección del
esmalte. Pero el exceso de flúor, una vez formadas ya las coronas, no
repercute de forma "significativa ni dañina" en las estructuras.
Europa Press / Fuente: Europa Press
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