La
lengua es un órgano musculomembranoso, con gran movilidad dentro de la
cavidad bucal, inervada por el hipogloso mayor (nervio motor de la
lengua). La función sensorial depende, en su porción anterior, del
nervio lingual, que es una rama del nervio maxilar inferior, y en la
parte posterior, del nervio glosofaríngeo.
En la lengua
existen cuatro tipos de papilas: filiformes, fungiformes, foliáceas y
caliciformes. Las filiformes y fungiformes están dispuestas en los 2
tercios anteriores de la superficie dorsal, desde la punta hasta la V
lingual. Las papilas caliciformes se ubican en todo el trayecto en V,
mientras que las papilas foliadas se hallan en los márgenes laterales
de la lengua, en la unión de los 2 tercios anteriores con el tercio
posterior, todas con funciones sensoriales a través de receptores
táctiles, térmicos, dolorosos y gustativos.
Se ha
descrito el aumento de tamaño y de grosor de la lengua, por
inflamación, denominada glositis, que aunque no constituye un signo
principal de afección digestiva, sí expresa la existencia de un
trastorno anatomoestructural en algún segmento del aparato digestivo.
Con frecuencia se describen alteraciones de la lengua relacionadas con
algunas enfermedades digestivas, entre las que se encuentran: el
síndrome de Plummer-Vinson, enfermedades inflamatorias crónicas del
intestino y esprue tropical.
Glositis en el síndrome de Plummer-Vinson:
Es
una entidad que se presenta con mayor frecuencia en las mujeres que en
los hombres, con anemia ferropénica marcada, acompañada de disfagia,
lengua lisa y de color rojo pálido, con atrofia de las papilas
linguales.
Glositis en las enfermedades inflamatorias crónicas del intestino:
En
la enfermedad de Crohn y en la colitis ulcerativa idiopática pueden
existir estados carenciales importantes, donde la glositis puede
constituir uno de los síntomas por los cuales los pacientes acuden a
las consultas.
La variación del tamaño y grosor de la
lengua se debe a la respuesta inflamatoria local, donde se destaca el
edema como signo principal, lo cual depende del tiempo de evolución, la
localización y el grado de actividad de la enfermedad de Crohn.
Otros
de los mecanismos propuestos, que explica la glositis, es la
existencia de una perturbación en la absorción de los nutrientes
(hierro, vitamina B12 y ácido fólico), que conlleva a una alteración
del trofismo de la lengua, presentando alteraciones en su tamaño,
movilidad, color, textura y atrofia de las papilas.
En la
colitis ulcerativa idiopática, la glositis se debe a la existencia de
una respuesta inmunológica exagerada y descontrolada.
Glositis en el esprue tropical:
La
glositis también se puede observar en pacientes con esprue tropical,
la cual se presenta una vez aparecida la esteatorrea (pérdida de grasa
en la materia fecal). La lengua se aprecia hinchada y enrojecida en su
punta y los márgenes laterales, constituyendo las primeras
alteraciones, que se acompaña en algunos casos de pequeñas úlceras
dolorosas localizadas en el dorso de la lengua.
La desaparición de las papilas filiformes y fungiformes va seguida de atrofia de la lengua, su alisamiento y enrojecimiento.
Glositis de Hunter:
Fue
descrita por el médico inglés William Hunter (1861-1937). Se presenta
en pacientes con antecedentes de gastrectomía total, donde se observa
una lengua de color rojo y lisa, que se acompaña de otros síntomas
posgrastrectomía. En estos pacientes, la glositis obedece a una pérdida
de la producción y liberación del factor intrínseco por las células
parietales, lo que dificulta la absorción de vitamina B12 y conlleva a
la aparición de anemia megaloblástica. La glositis representa el 17 %
de los desórdenes digestivos que sufren estos pacientes, entre otros
síntomas, como anemia, hipersensibilidad, pérdida de peso y ataxia.
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