27 marzo 2014

Halitosis

La Halitosis, también conocida como mal aliento, se define como el conjunto de olores desagradables que se emiten por la boca. Es un problema que afecta a 1 de cada 2 personas y que puede inferir de forma negativa en las relaciones interpersonales, tanto afectivas y sociales como profesionales.

Tipos de halitosis

Existen dos tipos de halitosis en función de su origen: la oral y la extraoral. Múltiples estudios científicos confirman que, en el 90% de los casos, el mal olor se origina en la cavidad bucal y se debe, principalmente (en un 41%), a la acumulación de biofilm (placa bacteriana) en la lengua, aunque también puede estar causada por problemas periodontales (caries, periodontitis, etc.).
La halitosis extraoral (10% de los casos) es causada por trastornos sistémicos, tracto respiratorio superior/inferior, sistema digestivo, así como enfermedades hepáticas o renales.
¿Por qué se produce el mal aliento?
La mayor parte de las halitosis tienen su origen en factores locales bucales, por la emisión de Compuestos Volátiles de Sulfuro (CVS) provenientes de las bacterias anaerobias gram negativas, responsables del mal olor. También influyen factores como la disminución del flujo salival o el acúmulo de alimentos entre los dientes. Los cambios alcalinos en el pH salival y la reducción de la concentración de oxígeno dan lugar a la emisión de CVS responsables del mal olor. De igual manera ocurre durante el sueño, cuando el flujo de las glándulas salival es mínimo, favorece el estancamiento y la puesta en marcha de los mecanismos de putrefacción. 

Teniendo en cuenta que la gran mayoría de casos de halitosis son de origen oral, el odontólogo es, por tanto, el profesional más indicado para diagnosticar y tratar esta patología.
Muchas personas no son conscientes de que sufren esta patología. Por esta razón, se dificulta la detección y, por tanto, el diagnóstico.
Es muy importante no confundir la halitosis con el mal aliento temporal: la ingesta de alimentos como el ajo, la cebolla, los picantes, así como el consumo de tabaco, alcohol, etc. también provocan mal olor.

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